Este monumento fue montado en diciembre del año 1958 en el barrio Tierra Blanca de Siloé gracias a los estudiantes del Instituto Popular de Cultura, con el maestro Arturo Alape y el escultor y artista Alfredo Castañeda.
Este monumento es muy especial en el recorrido de la memoria, puesto que es patrimonio del país, si bien no recibe el reconocimiento que le merece por parte de las instituciones de cultura. Este monumento representa y homenajea a los estudiantes caídos desde el año 1929, empezando con Gonzalo Bravo, después, en el año 1954 cuando matan a Uriel Gutiérrez y en esas mismas protestas el Ejército asesina 10 estudiantes más y hiere alrededor de 70.
Más que un recorrido turístico por Siloé, nuestra principal motivación es contar a partir de los diferentes lugares sobre las luchas de resistencia y los procesos comunitarios que han construido la loma.